miércoles, 30 de marzo de 2011

Madera y piel. capítulo 1.

Un día mis padres fueron a pasar unos diítas a Salou y al regresar nos trajeron a mi hermano y a mi unos souvenirs. Pero el caso es que no nos trajeron la típica gorra o camiseta con "Salou" impreso y con el mismo dibujo que te puedes encontrar en cientos de lugares turísticos, no. Para nuestro asombro y alegría los souvenirs de marras eran nada más y nada menos  ¡¡¡dos pedazo de djembes!!!. Rápidamente empezé a buscar información sobre djembes en la red de redes, como tocarlo, ritmos etc. y enseguida me vicié.
Este es mi djembé.

  La piel no es la original pues se me rompió al intentar tensarlo y tuve que encontrar una piel y ponersela.

La cuerda también se la cambié pues al encordar y desencordar tantas veces para sustituir la piel ya que a la primera no me salió bien por un error de novato (lo he logrado más o menos a la tercera), había quedado muy maltrecha. La piel nueva es de un cabrito de un pueblo de Palencia que me consiguió Nino mi excompañero de cursillo de los que mata el suegro en casa. ¡¡Que suerte tuve!!!
Lo malo es que la piel venía tal cual con sus pulgas y todo. Pues bien gracias a  José Francisco Ortega Viota y su maravillosa web http://www.djembes.org/tensar.htm todo un referente en Internet logré resucitar mi querido djembé ¡¡y ahora suena de puta madre!!.

Y un pequeño video que muestra como suena.




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